Tomo I
Así, pues, la obra de Mariátegui no quedará bien explicada sin un atento examen de sus años mozos y de los complejos problemas psicológicos y sociales que hubo de confrontar.

En efecto, se ha podido descubrir Innumerables sucesos, detalles nueve s y anécdotas completamente inéditas que abarcan rasgos de su personalidad hasta ahora no tratados.
 
Sin lugar a dudas ninguna documentación ha resultado ser más útil para presentar a José Carlos, tal como ha sido en vida, que la ofrecida por los testimonios de sus familiares y amigos, que han contribuido a esclarecer importantes cualidades de su existencia, entre ellos, cabe mencionar los provenientes de: María Amalia La Chira viuda de Mariátegui, Juan C. La Chira, Amalia Cavero Mariátegui, Poción Mariátegui, José Francisco Mariátegui, Salvador Mariátegui Cisneros, César Falcón, Fausto Posada, Anna Chiappe de Mariátegui, Juan Manuel Campos, Enrique López Albújar, Pedro Bustamante Santisteban, Raúl Porras Barrenechea, Víctor Raúl Haya de la Torre, Emilio Romero, Luis E. Valcárcel, José Uriel García, Alberto Ureta, José León Barandiarán, Honorio Delgado, Víctor Andrés Belaúnde, José Antonio Encinas, Carlos Barba, José Sabogal, Jorge del Prado, Erasmo Roca, Julia Codesido, Manuel Seoane, Osear Miró Quesada, Arturo Peralta, Ignacio Brandariz, Pablo Abril de Vivero, César Atahualpa Rodríguez, Hugo Pesce, Fortunato Quesada, Guillermo Mercado, Emilio Costilla Larrea, Antenor Qrrego, Víctor Arévalo, Jorge Prado Ugarteche, Francisco Loayza, Ricardo Martínez de la Torre, Federico More, Augusto Mateu Cueva, Manuel Zerpa, Eudocio Ravines, Arturo Sabroso, Hernando de Lavalle, Emilio de Armero, Alberto Ulloa, Víctor Nava, Palmiro Machiavello, Sebastián Lorente, Carlos Guzmán y Vera, Humberto del Águila, Ricardo Walter Stubbs, Pedro Ruiz Bravo, José Gálvez, Enrique Rodríguez Escobedo, Víctor Modesto Villavicencio, Manuel Abastos, Pedro Parra, Bernardo Salas, Luis A. Flores, Moisés Arroyo Posada, Héctor Merel, Enrique Encinas, Luis Felipe Barrientes, Nina Flores, Adrián C. Sovero, Femando Chávez León, Teodomiro Sánchez, Esteban Pavietich, Estuardo Núñez, Tomás Escajadillo, Miguel Adier, Ángela Ramos, Julio Luna, Carlos Manuel Cox, Julio Portocarrero, Julio Málaga Grenet, Armando Bazán, Antonio Navarro Madrid, Alberto Hidalgo, Magda Portal, Ernesto Reyna, Enrique Cornejo Kóster, Ricardo Flores (hijo), Enrique Peña Barrenechea, J. Guillermo Guevara, etc.
Entre las personalidades extranjeras, figuran nada menos que: Alfonso Reyes, Alfredo Palacios, Pablo Neruda, Emilio Pettoruti, Baldomcro Sanín Cano, Juan Marinello, Gabriel del Mazo, Carlos Sánchez Viamonte, Blanca Luz Bmm, Tristán Maroff, Jorge Icaza, Enrique Espinoza (seud. de Samuel Glusberg), Benjamín Camón, Waldo Frank, Luis Emilio Soto, Ezequiel Martínez Estrada, Emilio Frugoni, Joaquín García Monge, Juan Larrea, Arturo Capdevila, Félix Lizaso y otros.
Deseamos expresar nuestra sincera gratitud a los familiares de José Carlos Mariátegui, por su invalorable ayuda, y a todos y cada uno de sus amigos (peruanos y extranjeros) que nos prodigaron su inestimable colaboración en el rastreo de pistas mariateguianas.
Debemos particular agradecimiento al Dr. Humberto Arméstar por la lectura de los originales de este trabajo y por sus atinadas sugestiones.
Nos apresuramos a añadir que la inclusión de los numerosos nombres en esta obra no significa necesariamente que la persona citada esté de acuerdo con las opiniones expuestas por el autor del presente estudio.
Finalmente, tras estas rápidas apuntaciones, cedemos la palabra al propio Mariátegui, a sus familiares y a los contemporáneos de aquel que al suministrarnos sus testificaciones, datos y esclarecimientos sobre este apasionante tema hicieron posible esta biografía.
 
Lima-Perú, 1975.
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